Estoy triste y de mi tristeza transparente y frágil manan ilusiones y recuerdos. Mi espíritu se hace cada vez más liviano y se desvanece, empero no me abandona, me siento ligero como un fantasma.
Aire, espacio, nada, yo.
Percibo al mundo infinitamente enorme y yo demasiado pequeño, de tan pequeño que invisible. El calor de mi corazón no es suficiente. ¿Qué es una lágrima derramada ante el basto oceáno?
Corazón que late, manos que tiemblan, piernas que no pueden parar de moverse: Ansiedad.
Solo el Universo en su infinita compasión me consuela y rezo. Rezo y viene la calma no sin antes repetir y repetir sin cesar el mantra que me apacigua; empero el cuerpo me combate con violencia: siento que no puedo respirar y por momentos solo deseo la muerte. Rápida o lenta como llegue pero que venga ya. El clamor del hijo agonizante es escuchado por el Padre y el caos va cediendo poco a poco y vuelvo a respirar, el corcel que era tirado por mi corazón baja su velocidad y regresa la calma. Serenidad.
¿De qué sirve la belleza si no se puede tocar?
La tristeza más grande proviene de un amorque estorba y que no es deseado.
Lo mismo cae al fondo una bola de cañón, el más grande y brillante de los diamantes que un corazón que no es correspondido.
Ahora floto en la vacuidad con la necedad de cerrar los ojos; lo único que siento son lágrimas que se aglomeran bajo la máscara que cubre mi verdadero rostro que es de cristal.
Se ha cumplido el plazo y las puertas se abrieron amplias dándole paso a la oscuridad; con ella más preguntas. Abro los ojos y no veo nada, no hay nadie a mi alrededor, extiendo mis manos y lo único que siento es aire. Es tan severa la oscuridad que no puedo ver mis manos frente a mi, traté de tocarme el rostro para reencontrarme, pero tampoco encontré nada: me vacié.
Las luces de la ciudad titilan como estrellas en el firmamento, lo veo todo al revés porque estoy flotando entre las nubes. La gente entre las calles son como ángeles y los árboles como las nubes; detrás de mi está el infinito que es como la tierra de donde todos provenimos y hacia donde iré; de hecho me está llamando: a continuación viene para mí, el encuentro con lo absoluto.
NeneLove